CERCO MEDIÁTICO.
ASIMETRÍAS.Fausto Fernández Ponte.
Cerco Mediático.
I
Hace unos días, describíase aquí la existencia de un cerco --o sitio-- mediático en torno a la movilización social cuyo abanderado es Andrés Manuel Lòpez Obrador.
Y, en efecto, ese cerco mediático parece estrecharse más y más, pues la comunicación de adentro hacia afuera --desde el señor López Obrador al exterior-- es inexistente.
Cierto. No hay flujo y reflujo de mensajes entre don Andrés Manuel y el grueso de la sociedad, los 42 millones de mexicanos que votamos y los treinta que no lo hicieron.
Esto nos lleva a las definiciones mismas de comunicación. Estas son semánticas, sociales, culturales, políticas, etcétera. Son la acción y el efecto de comunicar.
Este verbo es, a su vez, hacer partícipe a otro de lo que uno tiene, fuere eso que uno tiene algo tangible o un intangible, como las ideas o propuestas.
En el utilísimo libraco de la academia de la lengua Castellana se consignan, por lo menos, diez acepciones diferentes del verbo comunicar.
Y todas tienen, fedatariamente, un denominador común es fluir de palabras, signos, acciones, etcétera, en ambos sentidos. Va y viene. Y viene y va simultáneamente.
II
Dicho de otro arreo en la jerga de los comunicólogos --que no los comunicadores, dado que éstos no existen en México--: un emisor es receptor y éste, a su vez, emite.
Así, el cerco mediático impide la comunicación, aunque no la difusión. De hecho, ésta ocurre, dándose bajo modalidades innovadoras, como la del uso de blogs en Internet.
Un blog, aclárese, es un lugar determinado en el ciberespacio o sea el sistema de la world wide way (www) o autopista de anchura mundial de emisiones de mensajes.
Un blog es una bitácora, con más o menos sentido periodístico, aunque la mayoría de ellos son diseñados elementalmente y sin una noción del oficio de periodicar.
Pero esos blogs tienen un valor. Algunos son, empero, muy periodísticos y responden a los imperativos de un oficio, una práctica y una cultura de periódicos.
Los blogs, no obstante su proliferación, no son suficientes para romper el cerco mediático en torno a la movilización social y el propio señor López Obrador.
Ese cerco impide que el público grueso --más allá de los 15 a 18 millones que, calcúlase, votaron por don Andrés Manuel el pasado 2 de julio-- se entere de la movilización.
III
¿Quiénes conforman ese cerco mediático?
Para el próximo Presidente Legítimo --será ungido el 20 de noviembre-- el cerco lo realizan grandes consorcios de difusión de México.
Y no anda mal. Pero don Andrés Manuel, obviamente no bien asesorado, no distingue un hecho dialéctico vero: esos consorcios no son agentes del poder. Son parte del poder.
Así es. Los dueños de Televisa, TV Azteca, los diarios y revistas más visibles --no necesariamente las de mayor alcance-- son parte inherente de la gran oligarquía mexicana.
Añadiríase, a fuer de precisión, que esos propietarios de bienes de producción de bienes y servicios difusores van más allá de la oligarquía: son parte de la plutocracia.
Los apellidos Azcárraga, Salinas, Ealy, Junco, Vázquez Raña, González y otros conforman junto con otros, en otros campos del quehacer, la plutocracia mexicana.
No son, pues esos, individuos, meros agentes del poder plutocrático, mercenarios a soldada o a prebendas. No. Ellos son miembros del gobierno de los ricos.
Los aquí citados son ricos. Son empresarios. Y son plutócratas. No se les persuadirá de poner el cerco y abatir sus muros de intolerancia. Habrá que hallar otra salida.
ffernandezp@diariolibertad.org.mx
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario:
Semántica: perteneciente o relativo a la significación de palabras.
Soldada: sueldo, salario o estipendio.
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