REFORMA.
Roberto Zamarripa.
Dientes apretados.
El país está enojado, vive con incertidumbre y una buena porción de sus ciudadanos tiene ganas de pelear.Así lo desprende un exhaustivo estudio de la empresa De la Riva Investigación Estratégica que analiza la circunstancia post- electoral para efectos de tomas de decisión en empresas e instituciones públicas.En su capítulo denominado "Clima Postelectoral" apunta a una interesante conclusión:
"Las campañas electorales 'empoderaron' a millones de ciudadanos que hoy saben que su voto y su decisión de compra valen y están dispuestos a hacerla valer logrando con esto un importante cambio cultural tanto en lo político como en el consumo. Ahora saben que ellos tienen el poder".
Es decir, que la ciudadanía sabe que vale por su voto y también porque puede decidir por el producto que consume; alega cuando la engañan y se molesta cuando abusan de ella.
El estudio hace un cruce de las realidades socioeconómicas (la polarización regional, el sur pobre y el norte rico), generacionales (el choque entre viejos y jóvenes y la demanda de reemplazo de la vieja clase política) y la bipolaridad política (Calderón-López Obrador) que dan sustento a la idea del exacerbado ánimo social.
En la base de los encuestados, 59 por ciento declara tener lo mínimo para "sobrevivir" o vivir de manera "austera". Sólo 11 por ciento dijo tener una vida "desahogada" y 30 por ciento, tener suficiente para su gasto y para el ahorro. La cruda realidad.
Al preguntarse si el ciudadano prefiere un cambio con reformas graduales un 63 por ciento la población lo apoya. Pero cuando se cuestiona si está de acuerdo con defender al país de toda fuerza subversiva, el apoyo es de 21 por ciento, mientras que al preguntar sobre la anuencia a impulsar "acciones revolucionarias" para cambiar a México, 16 por ciento está de acuerdo.
Casi cuatro de cada 10 mexicanos trae los dientes apretados. Unos para detener a los subversivos otros para hacer la revolución. Así nomás.
Pero hay otra pregunta específica: ¿está dispuesto a pelear por sus ideas?Un 61 por ciento dice que sí; 39 por ciento dice que no."La nada despreciable percepción de que la situación del país sólo puede cambiar con acciones de tipo 'revolucionario' y que una tercera parte de los ciudadanos se hayan manifestado o estén dispuestos a hacerlo, nos augura un arranque de sexenio muy agitado en lo referente a las protestas", dice el estudio en sus conclusiones."
El tener tantos individuos 'empoderados' puede hacer que, en caso de errores de gobierno, las reacciones sean mucho más violentas", explica.
Indica además que "al no haber suficientes y adecuados canales de salida del descontento éste entra en una suerte de incubación en la cual cada vez que sale, se manifiesta con mucho mayor violencia".
Referente a la percepción de lo que pasó en la elección del 2 de julio, el estudio elaborado en octubre; es decir, ya con la calificación del Tribunal Electoral, con Presidente electo y otro "legítimo", concluye que 56 por ciento piensa que debió haber conteo voto por voto después del 2 de julio mientras que 43 por ciento piensa que hubo fraude y 33 por ciento hubiera querido la anulación. ¡Cuatro de cada 10 están convencidos de un fraude electoral!Por ello quizás, la credibilidad del IFE, según el estudio, es de un 28 por ciento y del Tribunal Electoral del 22 por ciento.La institución con mayor credibilidad y confianza es el Ejército con 53 por ciento mientras 51 por ciento piensa que es la Iglesia.
El PAN es el mejor calificado de los partidos políticos con un 23 por ciento mientras que el PRD está en un 17 por ciento y el PRI en 11.Los medios y los periodistas alcanzan un 23 por ciento de confianza y credibilidad. Los empresarios tienen 16 por ciento, un punto abajo de la confianza que se le tiene a la policía, misma que siempre concita un razonable desprecio social.
* * * Si algún liderazgo "empoderó" a sus seguidores fue el de Andrés Manuel López Obrador. Ahora, por su culpa, los gobiernos de los estados aplican programas de apoyo a ancianos, discapacitados y madres solteras; en mucho por su presión, hay un mayor acento en atención a la pobreza. Bueno, hasta remedos de mañaneras inventaron.Acostumbró a una parte de la ciudadanía a su agenda, a su estilo y a sus reclamos. No hubiera tenido empatía si no existiera una ciudadanía acorde que empujara esos reclamos.La denominada "Presidencia legítima" es la representación de una parte del descontento arraigado y, ahora, movilizado. Puede discutirse si es la mejor representación o se aproxima a una caricatura.Más allá del líder, es el rostro de una parte del país. * * *
El país está enojado y muchos tienen ganas de pelear. Es una alerta para hacer algo más que arquear las cejas.
lunes, noviembre 20, 2006
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