domingo, diciembre 10, 2006

Señala Di Costanzo que el ''gobierno legítimo'' asignaría 75 mil mdp más a este rubro

Presupuesto 2007 privilegia pago de deuda al gasto en inversión

Nota original:

Afirma que el Ejecutivo busca priorizar programas electoreros como Oportunidades o Seguro Popular

EDUARDO MARTINEZ CANTERO

El proyecto de presupuesto para 2007 presentado por el presidente de México, Felipe Calderón privilegia el gasto corriente, por encima de la inversión productiva, aseguró Mario Di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del ''gobierno legítimo''.

El integrante del gabinete del "presidente legítimo" Andrés Manuel López Obrador detalló que en la propuesta calderonista la inversión pública alcanzará 190 mil millones de pesos, mientras que el pago de la deuda será superior, pues se destinarían 267 mil millones de pesos.

Sin embargo, para Di Costanzo la fórmula presupuestal debería ser a la inversa. La propuesta alternativa de presupuesto ofrecida por López Obrador considera un gasto de inversión de 265 mil millones de pesos, mientras que el costo financiero de la deuda equivaldría a 258 mil millones de pesos.

Di Costanzo explica que esta diferencia se debe a la reducción en las erogaciones que se tendrían del gasto corriente (gasto operativo del aparato gubernamental), las cuales provocarían un ahorro de aproximadamente 85 mil millones de pesos, además de la reducción, en casi 13 mil millones de pesos, a los recursos destinados al pago del rescate bancario, de acuerdo con lo propuesto por el ''gobierno legítimo''.

El pasado 4 de diciembre, un día antes que Calderón, López Obrador dio a conocer las líneas generales de la propuesta de presupuesto para el próximo año del "gobierno legítimo" de México, la cual será defendida en el Congreso por el Frente Amplio Progresista (FAP), conformado por PRD, PT y Convergencia, y en donde el objetivo central "es la de orientar el Presupuesto de Egresos de la Federación hacía sectores de alto contenido social, que mejoren la calidad de vida de la población, ofrecer mayor equidad y cumplir con la Constitución".

En este sentido, Di Costanzo subrayó que el presupuesto de Felipe Calderón "busca privilegiar el destino de los recursos a programas eminentemente electoreros como Oportunidades o Seguro Popular", implementados por la administración anterior. Estas partidas, argumenta el funcionario, no se incluyen en el proyecto de López Obrador, en la que se busca que los recursos vayan directamente a los sectores objetivo: apoyo a personas de la tercera edad, 22 mil millones de pesos; con capacidades diferentes, 5 mil millones de pesos; y a madres solteras, 2 mil 900 millones de pesos.

Para 2007, Felipe Calderón propone que el sector público ejerza un presupuesto de 2 billones 234 mil millones de pesos; en el caso del "presidente legítimo", esta cantidad es por 2 billones 100 mil millones de pesos.

Algunas diferencias que Mario Di Costanzo delineó se encuentran en las partidas dirigidas al gasto en educación, donde "proponemos 10 mil 232 millones de pesos más, la diferencia principal está en el rubro 'otros de gasto directo'; en nuestra propuesta, dichos recursos serían destinados a universidades públicas".

En lo que respecta a salud, la propuesta del ''gobierno legítimo'' al FAP es mayor en tres mil millones de pesos a la que dio a conocer el Ejecutivo federal; esos recursos serían asignados a instituciones de seguridad social (IMSS e ISSSTE).

Para la Secretaría de Salud, el Ejecutivo federal tiene una propuesta superior en 3 mil millones de pesos, pero que se explica por el incremento para el Seguro Popular, al que se destinarían 31 mil 376 millones de pesos, es decir, 9 mil millones más que en este año.

Sobre Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Calderón propone un presupuesto mayor para ambas empresas, aunque esos recursos se destinarían en mayor medida a los gastos de operación. La propuesta de López Obrador considera un monto global menor, pero el rubro específico de inversión es mayor al planteado por el Ejecutivo federal.

En el caso de la CFE, el gobierno propone una inversión física de 25 mil 633 millones de pesos, mientras que la propuesta alternativa es de 39 mil millones de pesos.


Domingo

Enrique Galván Ochoa

Más dinero a la corrupción, menos a la UNAM

Calderón paga facturas

La hija del vicepresidente

La renuncia de Xóchitl

Foto: Un mosaico en memoria de John Lennon fue colocado en un sector del Central Park de Nueva York, en el 26 aniversario luctuoso del artista. Su viuda, Yoko Ono, mediante anuncios en diarios ingleses, agradeció a la gente que no lo ha olvidado
Un mosaico en memoria de John Lennon fue colocado en un sector del Central Park de Nueva York, en el 26 aniversario luctuoso del artista. Su viuda, Yoko Ono, mediante anuncios en diarios ingleses, agradeció a la gente que no lo ha olvidado Foto: Reuters

En el primer presupuesto que propone Felipe Calderón al Congreso ­el del año próximo­ se asignan más recursos a la corrupción ­el Fobaproa/IPAB­ que a la UNAM. Es la continuación del saqueo del foxismo. Aparentemente Calderón ha comenzado a pagar la deuda que contrajo con los grandes empresarios del país ­algunos de ellos son beneficiarios del Fobaproa­ por la campaña de terror que instrumentaron para fortalecer su candidatura. El nuevo gobierno propone que se asignen 27 mil millones de pesos al fraude bancario, mientras que a la UNAM pretende restarle 900 millones. En la práctica estaría quitando dinero a la comunidad universitaria para dárselo a los defraudadores del llamado rescate bancario. En la gráfica puede verse el dinero que su antecesor, don Vicente exSpot, con la aprobación de legisladores del PAN y el PRI, sustrajo del presupuesto, año por año. Hizo posible que la banca y grandes empresarios obtuvieran una ganancia cuestionable. Calderón propone para el año próximo una suma que en apariencia es menor, 27 mil millones, mas no es así, ya que Fox anticipó pagos por casi 40 mil millones de pesos antes de irse.

El día anticorrupción

Después de echarle un ojo al cuadro que aparece en esta página, parece chiste de mal gusto pero ayer se celebró en México el día mundial contra la corrupción. En la víspera, la organización Transparencia Internacional había dado a conocer el sobresaliente lugar que tiene nuestro país en esta materia, es decir, se cuenta entre los más corruptos del mundo. También informó que son los partidos políticos las organizaciones que más contribuyen a lo oscuro del espectro. ¿Habrán tomado nota de la camorra priísta del Congreso que dirigen Emilio Capone y Manlio Lucky Luciano? El nuevo secretario de la Función Pública, Germán Martínez, aprovechó la ocasión para presentar su catecismo de seis puntos contra la corrupción. Son muy light, lo mismo sirven para combatirla que para fomentarla.

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LA UNAM UN BALUARTE PARA MEXICO.

Rolando Cordera Campos

Barbarie a la vista

Las declaraciones del diputado panista Padilla Orozco sobre la UNAM confirman la necesidad urgente que tiene México de revalorar la importancia de la educación pública y de reconocer de una vez por todas que sin educación pública superior el país está perdido. De ese tamaño es la aportación no deseada del diputado Padilla que, de seguir como va, pronto reclamará un lugar en la pared de San Lázaro.

Pronto, tal vez hoy, las bárbaras aseveraciones del diputado serán anécdotas de las que sus compañeros de partido renegarán. Pero el tema de la educación superior no es de contingencia ni puede relegarse a una desventurada manifestación de barbarie. Como nunca, el Estado tiene que admitir que sin educación pública no hay república, y que sin universidades públicas no hay futuro. Así tal cual.

No es, de primera intención, un dilema de izquierda o derecha, sino entre república, más o menos democrática, y un Estado sin rumbo que pronto encalla en lo peor del autoritarismo. Es decir, de civilización o barbarie.

Se puede ser de derecha y ser republicano y entonces admitir el papel crucial que en la construcción y la conservación de la república juega la educación laica y pública, a cargo del Estado. Se puede ser de derecha y estar en contra de la educación pública y entonces ser, o prepararse para serlo, enemigo de cualquier opción republicana y prepararse para no tener otra opción que la dictadura, aunque se disfrace de dictablanda. Se puede, en fin, ser de izquierda y no reconocer la importancia vital de la educación pública y emprenderla contra la universidad del Estado con los más pueriles delirios, como aquel de los enfermos o el más reciente del CGH, y entonces tener que admitir que esa izquierda no tiene nada que ver con la república ni con la democracia y dejarse caer en el tobogán del nihilismo que no puede llevar sino a la complicidad con el autoritarismo de cualquier signo.

Pero el asunto es más grave. Porque la tontería del legislador que preside la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados se da en el contexto de una propuesta de presupuesto insólita, en realidad inesperada por su dureza torpe, que castiga sin congruencia alguna a la enseñanza universitaria y a la ciencia y la tecnología, privilegia a los rubros de la seguridad y la represión y le quita al gobierno del Estado toda posibilidad de reclamarse como un gobierno de reforma y revisión justicieras, en consonancia con el reclamo que emergió al calor de la disputa por la Presidencia.

No sólo eso. La forma y la factura del presupuesto no nos hablan de más de lo mismo sino de una reversión inaceptable en cualquier democracia moderna, en la que la confrontación financiera y fiscal conforma el meollo del debate y el litigio democrático. La Secretaría de Hacienda no explica ni expone motivos y sus criterios son tan chatos y romos que no merecerían mayor consideración si no fuera por el daño que implican para zonas fundamentales del desarrollo y la convivencia nacionales.

Hace muchos años que el Estado renunció al más mínimo ejercicio de planeación nacional, a pesar de los discursos y el mandato de la ley y la Constitución. Lo único que le ha quedado al país para intentar definir sus prioridades y rumbos ha sido el Presupuesto de Egresos de la Federación, en el que cada vez de peor manera se intenta plasmar preferencias y recoger necesidades insatisfechas para disponer de recursos con los cuales encararlas.

Pero esta vez llegamos a un límite inferior que obliga a partidos, legisladores y opinión pública a demandar del gobierno, y en especial de la Secretaría de Hacienda, una explicación a fondo de lo que piensa y hace, porque lo que se pone en riesgo con sus ocurrencias es la mera subsistencia de áreas fundamentales para la reproducción de la vida pública y la conservación del orden republicano democrático que México ha buscado a tan altos costos.

No se puede admitir que panistas descocados pretendan imponer su ignorancia a los procesos básicos que tienen que ver con la administración de la cosa pública. Pero antes de ello, y sobre todo, no se puede admitir que la burocracia hacendaria se empeñe en jugar con asuntos vitales y decisivos para la paz social y el futuro de México, como son la educación superior, la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Los juegos cínicos de los hombres de Hacienda fueron ya demasiado lejos y toca al Congreso devolverle al presupuesto su dignidad clásica, antes de que el Estado pierda la poca razón que le dejaron y que el país empiece a rondar los paisajes del caos.

Gracias, diputado Padilla, por llamarnos a la razón y permitirnos reconocer en la UNAM y el resto de las universidades públicas de México un baluarte imprescindible de la nación contra la barbarie anidada en los recovecos de una "victoria cultural", de la que don Manuel Gómez Morín seguramente se avergonzaría.

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