Estado de sitio.
ERNESTO REYES.
Horas antes de que el Gobierno del PAN ordenara el envío de la fuerza pública federal para recuperar calles, plazas, edificios públicos y bienes de propiedad privada que tiene tomados en Oaxaca desde hace cinco meses la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), esta ciudad capital y sus zonas conurbadas vivieron un día de furia que se caracterizó por intensos bloqueos que derivaron en la semiparalización de las actividades cotidianas.
La gente tuvo que caminar y vio obstaculizada su forma de transportarse hacia sus comunidades, lo que causó malestar y un estado de angustia generalizado. Una fuerte tormenta cayó por la tarde como un mal presagio de que vendrían peores tiempos en esta conflictiva social de la que todos somos partícipes.
Paralelamente al caos vehicular, Oaxaca vivió el viernes 27, la jornada más violenta de que se tenga memoria en este periodo de ingobernabilidad generado por la torpeza de Ulises Ruiz y su camarilla asesina. Al menos tres personas muertas, más de una veintena de heridos, una decena de detenidos y un desaparecido, fue el saldo violento de la actividad criminal de bandas de priistas y grupos parapoliciacos que trataron de reventar barricadas y bloqueos.
En algunos casos lo consiguieron, como por ejemplo en San Bartolo Coyotepec, donde murió el comunero Esteban Zurita, llevado al enfrentamiento por autoridades comunales y municipales de filiación priista que están comprometidos con el gobierno de Ruiz porque dan cobijo en su territorio a un centro de entrenamiento y cuartel de la Policía Preventiva estatal.
Pero también fue acribillado el profesor Emilio Alonso Fabián, por las mismas balas que en Santa Lucía del Camino privaron de la vida al camarógrafo neoyorquino Bradley Roland Will, de 36 años, quien recibió dos disparos en el abdomen y falleció en una clínica de la Cruz Roja, según confirmaron policías, testigos y amigos.
Su colega Hinrich Schuleze explicó que Will trabajaba para la organización de medios por internet 'Indimedia', y estaba realizando un trabajo desde que inicio el conflicto para retratar con veracidad lo que estaba pasando en Oaxaca. Entre los heridos se contabilizó a Oswaldo Ramírez, un fotógrafo que trabaja para 'Milenio Diario', quien recibió un disparo en el pie y tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario.
Como resultado de la muerte del comunicador extranjero, el Departamento de Estado norteamericano por los conductos diplomáticos le exigió al gobierno de Vicente Fox garantizar la seguridad de sus ciudadanos y poner orden, recordando la prohibición para sus turistas de abstenerse de viajar hacia la entidad oaxaqueña.
Esa misma noche, Fox reunió a su gabinete de seguridad, integrado por los titulares de la SEDENA, SSP, MARINA, CISEN, PGR y Gobernación, con quienes planeó la noche del viernes y la madrugada del sábado un plan de acción "emergente" para hacer frente al conflicto, y al final la presidencia de la República emitió un comunicado:
"En respuesta a los acontecimientos ocurridos ayer en la ciudad de Oaxaca, los cuales atentan contra el orden y la paz de los ciudadanos del lugar, el presidente Vicente Fox ordenó la movilización de fuerzas federales a esa ciudad". El único objetivo de esta decisión, precisaba el anuncio es " garantizar el orden público y la vigencia de la ley; así como preservar el pleno respeto a las garantías individuales de la población de la capital del estado".
Precisó que estos cuerpos se irían concentrando en la capital del estado en el transcurso del día sábado, y nunca precisó si se trataba sólo de efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) o si incluía la participación de otra fuerza armada. Lo que sí quedó claro, debido a la oposición del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, es que no intervinieran las policías locales porque estando bajo control de Ulises Ruiz y por su mala preparación, podrían provocar una masacre al enfrentarse con el pueblo que como se vio ayer, no iba a rendir tan fácilmente la plaza.
Varias horas después de este acuerdo, hacia las tres de la tarde, fue citado a Gobernación el "Sátrapa de Chalcatongo", para que entregara oficialmente la petición escrita de intervención de las fuerzas federales en contra de la población que pide su salida, con lo que prácticamente dejó la solución de este problema al gobierno federal y huyó como un cobarde hacia el lujoso hotel en la ciudad de México desde donde supuestamente despacha los asuntos de la entidad que dice gobernar.
Con esta actitud, Ulises prácticamente se despidió - y esperemos que para siempre- de la gobernación oaxaqueña, pues demostró que no es capaz de garantizar el orden y la seguridad entre los ciudadanos. Ahora el principal reto lo tiene el régimen panista, pues después de 160 días de fracasados intentos de negociación con los principales actores, toma la decisión largamente contenida para intervenir y hacerse cargo de la seguridad de la capital y su zona conurbada. Un frágil acuerdo se tomó con el magisterio que ya ofreció el regreso a clases, pero dependiendo de como se evalúe la situación este lunes 30.
Desde el momento mismo de conocerse el anuncio, la APPO y varios sectores de la entidad comenzaron a velar armas, orientando a sus seguidores a no confrontarse físicamente, pero sí a resistir hasta donde sea posible y de manera pacífica la ocupación. Hay convocatorias a las protestas y a la solidaridad nacional e internacional, así como en la ciudad de México por parte de los plantonistas del Senado y los huelguistas de hambre en el Hemiciclo a Juárez. Una manifestación llegó a Los Pinos y diversos sectores llaman a la prudencia y a la no intervención advirtiendo de un "baño de sangre" que nadie quiere.
Las barricadas, el zócalo y ciudad Universitaria son los símbolos a proteger en esta ciudad, con escudos humanos, mediante marchas y llamados a la paz, tratando de contener el avance de las tropas y en espera de que negociaciones de última hora desactiven el operativo. Pero también hay carreteras bloqueadas y caravanas hacia la ciudad de diferentes pueblos. En el mundo, mucha gente está pendiente de lo que aquí ocurre.
Hay temores entendibles pero también coraje por ver después de 29 años a nuestra ciudad sitiada, con patrullajes e inminentes detenciones. Hacia el mediodía de este domingo, hacia la altura del crucero de Viguera sobre la carretera federal 190, la reacción popular no se hacía esperar y le hacían sentir a la PFP que no va a ser tan fácil que se derrote al pueblo y salga triunfante Ulises Ruiz.
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