CIERTO O FALSO, ESTO ES LO QUE DICE EL OREJÓN MAYOR.

Serpientes y Escaleras.
Salvador García Soto.
13 de octubre de 2006.

Oaxaca: operativo abortado.

Reflejo fiel del sexenio que termina, el conflicto en Oaxaca, con toda su podredumbre, sigue entrampado por la falta de una decisión firme y contundente del Presidente saliente. En la vacilante y timorata actuación de Vicente Fox y de sus secretarios, la única constante es el zigzagueo en sus posiciones: un día deciden que se agotó el diálogo y movilizan a las Fuerzas Armadas que están listas para actuar, pero al otro reculan y se acercan a los líderes de la APPO para ofrecerles la cabeza del gobernador Ulises Ruiz en bandeja del Senado.

Ni una ni otra vía es finalmente llevada a cabo; en cuestión de horas, el oscilante secretario Carlos Abascal manda señales encontradas y desanda lo poco que había caminado hacia la toma de una decisión definitiva.

La única ocasión que hubo una decisión tomada sobre Oaxaca fue aquel sábado 30 de septiembre, cuando el presidente Fox había dado ya la orden a los secretarios de la Marina, Marco Antonio Peyrot, de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, y al procurador Daniel Cabeza de Vaca para ejecutar el operativo de desalojo que, con una combinación de fuerzas especiales de la Marina y policías militares de la PFP, además del Cisen y comandos de la PGR, estaba listo para entrar al centro de la capital oaxaqueña, liberar las calles y plazas ocupadas, y detener a los principales líderes de la APPO y el magisterio.

El plan se armó en los días previos. Los "soldados multipropósito" de la Armada de México, junto con los policías federales entrarían en una formación respaldada por las tanquetas y equipos de dispersión. Se tenía ubicados a las 20 cabezas principales de la APPO y la sección 22 y sobre ellos se iba, evitando al máximo el enfrentamiento con las bases, a las que se les disolvería y se les permitiría la salida por un corredor que quedaría libre para que huyeran.

Todo estaba dispuesto. La hora elegida dependía sólo de la orden que esperaban de México, donde el presidente Fox y el secretario Abascal estaban al pendiente con los mandos designados del operativo, coordinados por el secretario de Marina. Pero fue precisamente un error del almirante Marco Antonio Peyrot el que hizo que se abortara todo el operativo. La orden de que los aviones Hércules de la Armada sobrevolaran a plena luz del día la capital oaxaqueña, en labores de reconocimiento, fue la causa principal de que se ordenara cancelar todo el plan.

La alarma que provocaron los sobrevuelos y las maniobras aéreas entre los dirigentes de la APPO, los medios de comunicación y la misma sociedad oaxaqueña hizo que desde México llegara la orden de abortar el desalojo. El otro error del secretario de Marina fue que las tropas y tanquetas que desembarcaron en Huatulco y en Salina Cruz, la mayoría formadas por los mencionados "soldados multipropósito", entrenados para actuar en situaciones extremas, lo hayan hecho también a la vista de todos y que hasta se hayan dejado fotografiar y grabar por los medios.

La cancelación del operativo desató una grave crisis de gabinete. El presidente Fox convocó en Los Pinos a una reunión de emergencia ese sábado por la noche, en la que el secretario de Marina escuchó fuertes reclamos y hasta regaños por la torpeza con la que actuaron sus hombres. Uno de los más molestos en esa reunión era el secretario de la Defensa, Clemente Vega García. El general tronó contra su contraparte de la Marina y reprochaba que los vuelos de reconocimiento debieron hacerse de noche o de madrugada, lo mismo que el desembarco de las tropas.

Pasada la crisis se decidió mantener en suspenso el operativo de fuerza, que está listo para ser activado en cualquier momento. Fue entonces cuando se intentó explorar la vía de la desaparición de poderes en el Senado, pero ahora también esa vía parece que se cancelará el próximo lunes ante el temor que generaron las amenazas del PRI al presidente electo, Felipe Calderón.

Todo apunta a que el lunes los senadores del PAN votarán junto con los priístas y rechazarán la desaparición de poderes, con lo que el gobierno foxista tendría otra vez que moverse hacia la decisión de fuerza y revivir el operativo abortado.