sábado, octubre 21, 2006

CARSTENS FUTURO SECRETARIO DE HACIENDA

Pensiones y petroprecios, en la mira de Carstens
carlos acosta córdova

México, D.F., 20 de octubre (apro).- En materia económica, en el gobierno de Felipe Calderón no habrá “más de lo mismo”: se mantendrá la estabilidad pero se enfatizará en el crecimiento económico, pues no son excluyentes ambos propósitos, señaló Agustín Carstens, coordinador del proyecto económico del presidente electo.

En una participación en el Instituto Tecnológico Autónomo de México –ITAM, su alma máter--, el economista se pronunció también por un mayor gasto público, pero “ordenado, sin desbordarlo”, pues es falso –dijo-- que deba gastarse a manos llenas para que haya crecimiento y estabilidad. “Un gasto desbordado, sin orden, sólo genera más endeudamiento, es una llamarada de petate y en menos de dos años estaríamos peor que ahora”, dijo Carstens, quien el martes renunció a su cargo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), como subdirector gerente, para incorporarse al equipo de Calderón.

Abundó: “Pero aun sin gastar de más, el gobierno puede hacer mucho para que haya crecimiento económico, se generen empleos y se abata la pobreza, dijo. En principio, en ningún país el gobierno por sí mismo es capaz de generar crecimiento económico él solo. El crecimiento lo genera la sociedad toda, desde el empleado más modesto hasta el de las grandes empresas. Entonces, la labor del gobierno debe ser la de facilitar que la sociedad genere el crecimiento económico”.

Explicó que el gobierno debe ejercer de manera más eficiente el gasto público para detonar el crecimiento; eliminar los factores que inhiben el crecimiento, destinar más presupuesto a infraestructura, a la procuración de justicia y evitar el uso indebido de recursos. Y, por supuesto, hacer menos distorsionado el régimen tributario, simplificar el pago de impuestos para aumentar la recaudación, e eliminar los factores que inhiben ese pago.

Junto a ello, dijo Carstens, “el gobierno debe ejercer con mayor eficacia su facultad de regulador de los mercados, pues es lo que genera mayores posibilidades de crecimiento. Es decir, el gobierno no debe abusar de la regulación, o debe regular menos, para que no asfixie a las empresas ni inhiba la competencia. Sí, el gobierno debe actuar más… pero mejor”.

Aprovechó para insistir en la necesidad de impulsar las reformas estructurales (energética, laboral y fiscal), que no es otra cosa que “ajustar el marco jurídico a las necesidades actuales del país, en un mundo globalizado”.

La otra salida, la del mayor gasto, desordenado, “es la salida fácil”.

Reconoció el también maestro y doctor en Economía por la Universidad de Chicago que, en el caso de la pobreza extrema, de la que “hay un alto porcentaje” en el país, la ayuda del gobierno es indispensable.

Y como si ya fuera secretario de Hacienda, dijo: “Continuarán los programas asistenciales, pero no sólo con un enfoque asistencial –porque eso crea dependencia en las personas--, sino con el propósito de crear capital humano, para que gradualmente los individuos aprovechen las oportunidades que la economía les vaya dando”.

Insistió en que estabilidad y crecimiento económico no son excluyentes. “Es una premisa falsa” decir que si se opta por la estabilidad, se cancela la posibilidad de crecimiento, o que si se apuesta al crecimiento necesariamente hay que olvidarse de la estabilidad económica.

Reconoció que en la actual administración foxista el crecimiento ha sido insuficiente, pero no por consolidar la estabilidad; si no se hubiera hecho esto, el crecimiento habría sido más bajo. La estabilidad es fundamental para que haya crecimiento; es decir, para que haya éste, debe haber buenas expectativas macroeconómicas a futuro; sólo así se anima la inversión productiva.

Por lo tanto, dijo, Calderón tiene claro que debe consolidar la estabilidad, que viene ya de doce años atrás, para impulsar el crecimiento. Tendrá que procurar la institucionalización, el enraizamiento de la estabilidad, como en el caso de los precios: la inflación es un tema casi eliminado del debate público, gracias, entre otras cosas, a la autonomía del Banco de México (Banxico).

Frente a un auditorio repleto –el “Raúl Bailleres” del ITAM--, que le brindó efusivos aplausos, Agustín Carstens concluyó su participación al señalar algunos de los “grandes retos” en materia económica que enfrentará el nuevo gobierno:

Resolver el explosivo asunto de las pensiones, abatir los grandes rezagos sociales y de infraestructura y disminuir la gran dependencia de los precios del petróleo. “Como sociedad debemos ponernos de acuerdo en cómo hacer para generar los ingresos que necesita el país”, concluyó.

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